martes, 3 de marzo de 2009

2.

Es un día soleado, voy en un coche por la avenida Lázato Cárdenas, yo no lo manejo, soy el copiloto, maneja Natalia, que me va a dejar en el hospital para visitar a mi abuela.
De pronto me doy cuenta que llueve a cantaros y la avenida al fente no se alcanza a distinguir, Natalia maneja muy rápido, le digo que baje la velocidad, le pregunto si ve algo, me responde que no, pero que no importa porque es una avenida recta. Me empiezo a quedar dormido, los párpados me pesan.
De pronto despierto en el techo del hospital. Bajo por una escalera y entro a una como sala de urgencias, me topo con un sujeto todo tatuado y pelon, guardo mi distancia porque se parace mucho a un mara salvatrucha, más adelante veo a mi hermano y a mi mamá dormidos en unos sillones, les pregunto por mi abuela y mi mamá empieza a llorar. Cuando entramos a verla mi abuela está en perfecto estado, me abraza, se ve muy feliz, me dice que todo está bien, solo que tiene un dolor muy chiquito en la nuca, pero que el doctor le dijo que es momentáneo.
De ahi me voy a mi cuarto y me topo con un montón de aparatos de gimnasio, le pregunto a mi mamá y no recuerdo que me dice, le pregunto si pondrá un gimnasio, no recuerdo que me dice, en realidad como que se está quedando dormida. Escucha por la ventana a mis vecinos, que en realidad son mis tíos (y así es en la vida real). Mi tió regaña a unos sobrinitos, nada fuera de lo normal.
Luego me viene a la cabeza mi primo Iair, recuerdo su muerte y que dejó a esos niños que escucho siendo regañados por mi tío. Pienso que jamás volveré a ver a mi primo y que lo extraño.

Aquí me despierto, cabe mencionar que mi primo Iair solo tiene una niña recién nacida y que pues, afortunadamente no ha muerto. No es la primera vez que sueño que muere o que ha muerto un primo.

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